lunes, 15 de febrero de 2010
Las mujeres soportan mejor la crisis
La nueva dicotomía para las mujeres ya no está en elegir entre empleo y familia, sino entre la proyección profesional a largo plazo y la maternidad. Rioja2.com | 15/02/2010
La mujer está soportando mejor la crisis económica. Así se podría resumir cómo hombres y mujeres se encuentran actualmente en el mercado laboral. La realidad es que la crisis ha incidido en primer lugar en sectores eminentemente masculinos, lo que unido a que muchas mujeres han decidido retornar o ingresar ahora al mercado laboral para apoyar económicamente los ingresos económicos familiares ha cambiado la situación que existía en el mercado laboral hace tan sólo un año.
Ante este cambio de tendencia, Randstad, líder en soluciones de recursos humanos, quiere ahondar en el papel de la mujer para ofrecer un mapa de su situación en el mercado de trabajo. Para ello, ofrece un detallado análisis acerca de la mujer trabajadora, abarcando cuestiones como la formación, la tasa de paro o el acceso al empleo, mediante una radiografía de su representación en el mundo laboral y la conciliación. Tal y como se verá más adelante, la mujer ya no tiene que elegir entre trabajo y familia, sino si quiere desarrollar una carrera profesional con proyección o no.
La mujer en el mercado laboral
En la actualidad se igualan las posibilidades de que hombres o mujeres pierdan un empleo, lo cierto es que los sectores que mejor han resistido a la crisis son eminentemente femeninos, como educación, sanidad o servicios sociales. Además, las mujeres han resistido mejor su posición en el mercado, a pesar de que cuentan con trabajos más frágiles y sus relaciones contractuales son en general más efímeras con las empresas.
En cuanto al desempleo, éste ha afectado tanto a hombres como mujeres, pero no con la misma intensidad. Aunque las mujeres han sufrido tradicionalmente durante años tasas de paro más elevadas, que la crisis incidiera en sectores eminentemente masculinos como la construcción o la industria provocó que aumentara el desempleo entre los varones.
Recientemente la tendencia ha vuelto a cambiar: la tasa de paro femenina se sitúa en el 19,07% frente al 18,64% de la masculina. Con el Plan E del Gobierno y la inyección de ayudas a los ayuntamientos, los empleos generados han favorecido principalmente a los varones, de ahí que las mujeres vuelven a aparecer con tasas de paro superiores a las masculinas. Lo cierto es que estos empleos tienen carácter temporal y, a pesar de la nueva inyección de ayudas del Plan E no se ha conseguido frenar el desempleo.
La crisis, sin embargo, ha generado importantes diferencias por grupo de edad. Entre los jóvenes, el paro es muy superior entre las mujeres. Por el contrario, el desempleo femenino es menor que el masculino entre los mayores de 55 años.
Si atendemos a la ocupación por grupos de edad y sexos se observa que mientras que entre los varones la ocupación disminuye en todos los grupos de edad, la tasa de ocupación entre las mujeres ha aumentado a partir de los 40 años. Además, con la crisis no se ha frenado la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo y mes a mes aumenta su tasa de actividad, una tendencia contraria a la que sufre la población activa.
Y es que como ya adelantaba Randstad en otros informes, el “efecto desánimo” a la hora de buscar empleo ha llegado a los candidatos, que optan por formarse mientras se incrementa la oferta de empleo. La población activa ha ido disminuyendo a lo largo de 2009, hasta situarse en las 22.972.500 personas en el cuarto trimestre del año. Una contracción con marcado signo masculino, pues el número de mujeres disponibles para trabajar se incrementa en 50.000 y se sitúa en 10.139.300.
De hecho, la tasa de actividad femenina ha ido aumentando paulatinamente en los últimos meses hasta situarse en el 51,70%, mientras que la masculina ha experimentado el proceso contrario y permanece en 68,14%. En los últimos 12 meses la diferencia ha sido aún mayor: 104.100 mujeres se han incorporado al mercado laboral mientras los hombres han disminuido en 196.300. Eso ha sido debido a diversos factores: las amas de casa han ingresado en el mercado laboral para intentar apoyar las economías de sus familias y las jóvenes aumentan su presencia en el mercado incluso por encima de sus compañeros varones. A pesar de ello, los varones continúan dominando la población activa y la tasa de actividad.
La mujer en el empleo
Los últimos meses también ha modificado la elección sobre la jornada laboral. Las empresas han reducido no sólo el número, sino la contratación de horas de trabajadores, lo que ha provocado que cada vez se recurra más al uso de la jornada a tiempo parcial. Este incremento se ha dado tanto en hombres como en mujeres, aunque es superior en el caso de las mujeres.
Por el contrario se han reducido los ocupados a tiempo completo (bajan en 378.800). El número de varones a jornada completa baja en 225.400 mientras que el número de las mujeres cae en 153.400.
El tipo de ocupación todavía dice mucho sobre cómo afrontan los distintos sexos el empleo. El 40% de hombres y mujeres reconoce que accede a la jornada parcial porque no ha encontrado un empleo a tiempo completo, pero mientras los hombres eligen esta modalidad en segundo lugar para formarse, las mujeres lo dedican al cuidado de menores, incapacitados o ancianos o por obligaciones familiares o personales.
La mujer en puestos de responsabilidad
A pesar de las diferencias mencionadas, la presencia de la mujer ha ido incrementándose en el mercado laboral español desde la década de los 80. No obstante, en un mercado mixto y ya consolidado la paridad sigue planteándose como un reto. Muestra de ello son las distintas políticas o acciones gubernamentales orientadas a la paridad entre hombres y mujeres.
Una de ellas ha sido la de la Unión Europea (UE), que se ha marcado como objetivo reducir la tasa de desempleo femenino y alcanzar la tasa del 60% de empleo femenino. Si atendemos a las cifras oficiales, la UE camina hacia la consecución de dicho objetivo, a pesar de que las divergencias entre estados miembros es evidente. España, por su parte, alcanza el 51,51% de empleo femenino según datos de Eurostat (octubre 2009) y tal y como se comentaba anteriormente, esta cifra va aumentando gracias a la incorporación de personas inactivas al mercado laboral.
Pero los puntos más controvertidos tienen que ver con el salario y con los puestos de responsabilidad en las empresas. Según datos del INE y el Instituto de la Mujer, el número de mujeres que ostentan altos cargos en empresas desciende proporcionalmente cuanto mayor es la compañía. Además, se hace hincapié en la desigualdad en salarios, basada en la desigualdad en ocupaciones, en tipo de jornada y en tipo de contrato. De hecho, a día de hoy, la diferencia salarial entre géneros está principalmente motivada por la jornada, pues una de cada cuatro mujeres que trabaja lo hace a tiempo parcial. Siendo la proporción entre hombres muy inferior, no llega a 1 de cada 20. Esto confirma el reflejo de que las mujeres cobran una cuarta parte menos que los hombres.
Las mujeres superan a los hombres en formación
Otra causa de discriminación salarial es la formación, ya que determina en gran medida las posibilidades de acceso y promoción en el mercado laboral, pero también la calidad, los ingresos, etc.
Tras un análisis de la formación nos encontramos diferencias de participación entre hombres y mujeres en los procesos educativos, variando el peso en cada etapa. En la enseñanza obligatoria la mujer representa el 48,5% del alumnado, siendo el único estadio en el que la mujer está infrarrepresentada con respecto a los varones. La situación se invierte en las enseñanzas post-obligatorias, el Bachillerato y Formación Profesional y aún más para el alumnado femenino universitario, tanto en formación universitaria como doctorados.
De hecho, a pesar de que la mujer está mejor formada que el hombre, accede a menos puestos y a peores empleos y salarios.
María Ángeles Tejada, miembro del consejo ejecutivo de Randstad y presidenta de la Fundación Internacional de la Mujer Emprendedora (FIDEM), confirma esta nueva realidad. “No es casualidad que en estos años los resultados académicos y el nivel de preparación técnico de las mujeres no sólo se ha equilibrado con el género masculino, sino que se ha superado en muchos ámbitos. Todo ello, ha traído como consecuencia la asunción de nuevos retos dentro del mundo del trabajo”, explica.
Nuevas tendencias en igualdad de género
La experiencia en anteriores crisis indica que el empleo masculino se recupera más rápidamente que el empleo femenino. Por eso, con la crisis no se han alterado los objetivos a largo plazo en materia de empleo, siendo la igualdad de oportunidades en el empleo parte de la solución para solucionar la crisis ya que puede servir para aumentar el crecimiento, mejorar el empleo y fomentar la cohesión social.
La mujer en la sociedad española afronta una multiplicidad de roles: es trabajadora, ama de casa, madre… Todo ello fruto de compaginar trabajo fuera y dentro de casa. Hasta hace relativamente poco tiempo el debate soportado al respecto obedecía a una dicotomía, elegir entre vida laboral y vida personal. Actualmente parece que se ha avanzado en esta línea y el debate ya no es elegir entre trabajo y familia, sino entre proyección profesional y maternidad. Este principio de mayor formación que se comentaba anteriormente se hace evidente y plantea decisiones importantes, especialmente para la mujer, pues a menudo su futura promoción profesional no depende sólo de su capacidad o formación sino de la forma en que gestione su conciliación. La mujer cuenta con la formación, la experiencia y el apoyo de la empresa para promocionar, pero cuando llega el momento de hacerlo coincide con el momento en el que debe elegir si afrontar o no la maternidad. Esta elección es la que determina en muchos casos que la mujer “se estanque” profesionalmente y prefiera conciliar trabajo y familia que dedicarse a desarrollar un futuro profesional dirigido a un cargo de mayor responsabilidad.
Esto supone un cambio significativo, ya que no se trata de elegir entre un camino u otro sino en el éxito de los mismos. Para ello muchas mujeres deciden, temporalmente, dejar su carrera profesional para dedicarse a tiempo completo o parcial a su familia, lo que no implica alejarse definitivamente del mercado laboral. De igual modo, otras profesionales eligen no ser madres para consolidar carreras profesionales de éxito. Se trata, en definitiva, de una elección. Cabe preguntarse, no obstante, si esto implica una ineficiencia de las políticas de conciliación, y del mercado, o se trata de la mejor manera de compaginar ambos mundos.
Para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades en el entorno laboral, los hombres tienen que asumir una carga de responsabilidad similar con las tareas domésticas, los hijos, los mayores, etc., asumiendo parte de la conciliación.
La conciliación es eminentemente una cuestión de tiempo disponible. Se trata de compartir el tiempo entre actividades laborales y personales, con el objeto de atender a familiares, niños o personas dependientes. María Ángeles Tejada reconoce que uno de los mayores debates de los últimos años en el ámbito de los recursos humanos tiene que ver con la conciliación entre la familia y el trabajo: “Estimo que el tema no puede analizarse sólo desde una óptica profesional y, por tanto, merece que lo subamos de nivel, ya que está directamente relacionado con cómo vivimos nuestra vida laboral y personal, el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos, la congruencia con nuestros valores y nuestro éxito individual”.
Esto incidirá directamente en las políticas de recursos humanos de las compañías: “Las empresas vinculan cada vez más el valor profesional con el conocimiento crítico y con ello adquiere un valor relevante la productividad y la calidad del trabajo, mucho más que el tiempo de presencia en el puesto de trabajo, ya que el escenario empresarial pragmático, y sin resultados, no hay nada que conciliar porque puede que no exista ni siquiera el puesto de trabajo”.
http://www.rioja2.com/n-58097-501-mujeres_soportan_mejor_crisis
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