martes, 18 de marzo de 2008

Annelies Laschitza
Clara Zetkin: “Incorporar a las mujeres a la sociedad duplica fuerzas productivas”

Así como la proclamación del Día Internacional de la Mujer fue precedido por el trabajo incansable y minucioso de miles de combatientes por los derechos de la mujer, hoy cada Día Internacional de la Mujer, en cada país, sólo puede ser una jornada de lucha y conmemoración para las mujeres del mundo entero como resultado de una acción permanente y constante, como lo demuestra la experiencia de las organizaciones nacionales afiliadas a la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), que atraen a las mujeres a la lucha por sus derechos por medios y formas específicas. “Hay que llegar a cada una de ellas teniendo en cuenta sus propios intereses, sus peculiaridades”, decía Clara Zetkin en 1920 y escribía: “Incorporar a la mujer a la sociedad y para la sociedad significa duplicar las fuerzas productivas. Mucho más: la libre participación de la mujer en todas las esferas de la vida social significa una más rica y más variada calidad de las conquistas... La vida social no sólo ganaría en amplitud sino también en variedad, en profundidad y perfección, si la mujer puede actuar, participar como personalidad libremente desarrollada en todos los terrenos”. Para Clara Zetkin un ejemplo positivo y la mejor prueba era el desarrollo de la personalidad femenina de las más diversas nacionalidades en la Unión Soviética, que era la primera en iniciar, en condiciones tan difíciles y adversas, la construcción de una nueva sociedad. “Para que la mujer tenga plena igualdad de derechos sociales con el hombre -de hecho y de derecho y no sólo en la letra muerta de las leyes-, para que igual que el hombre tenga todas las oportunidades de un libre desarrollo y del ejercicio total de su condición humana deben darse dos premisas primordiales: la propiedad privada de los medios de producción debe ser sustituida por la propiedad social; las mujeres deben ser incorporadas a la producción social en un régimen libre de explotación y esclavitud”. “Sólo el cumplimiento de esas dos condiciones garantizarán que la mujer pueda participar -con amplia energía y capacidad en todos los aspectos- como trabajadora y creadora con iguales deberes y derechos en una comunidad de trabajadores y creadores con iguales deberes y derechos y que su actividad profesional y su maternidad se complementen en la realización de una vida plena”. Clara Zetkin era muy realista y conocía profundamente la vida y las opiniones de las mujeres, así como los problemas de su organización internacional como para presentar esta perspectiva científica de la emancipación de la mujer esquemáticamente, como único lema en la lucha práctica de todos los días. La experiencia le decía que debía tenerse en cuenta esta perspectiva para decidir las tareas concretas de todos los días. Cada Día Internacional de la Mujer, cada paso requería un análisis concreto de los factores objetivos y subjetivos específicos para el trabajo concreto de las mujeres en la lucha por su emancipación, lucha que debía ser estimulada por consignas justas, en el justo momento, de manera de avanzar paso a paso hacia la meta. La paz y el derecho de voto para la mujer, ni más ni menos, estaban inscritos en las banderas, cuando Clara Zetkin 'inventó' el Día Internacional de la Mujer. Fue en Copenhague, el 26 y 27 de agosto de 1910, cuando se reunieron más de cien delegadas de 17 países en la Onceava Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, antes de que iniciara sus trabajos el Congreso de la Internacional Socialista. Un punto culminante de la Conferencia fue la adopción por unanimidad de una resolución presentada por Clara Zetkin, Kate Duncker y otras, que terminaba con las siguientes palabras: “De acuerdo con las organizaciones de clase, políticas y sindicales del proletariado en sus respectivos países, las mujeres socialistas celebrarán anualmente el Día de la Mujer, dedicándolo en primer término a la agitación en favor del derecho de la mujer al voto. Esta demanda debe debatirse en su interrelación con todas las cuestiones femeninas, conforme al enfoque socialista. El Día de la Mujer debe tener carácter internacional y ser minuciosamente preparado”. Ese fue el origen del Día Internacional de la Mujer. Su promotora, Clara Zetkin, veía en él una magnífica oportunidad para movilizar a gran número de mujeres en la lucha por sus derechos, el bienestar de la infancia y la paz mundial. Su proclamación fue el resultado de múltiples experiencias de las trabajadoras a lo largo de décadas de conflictos de clase entre el capital y el trabajo, de las experiencias también de las sufragistas. Las mujeres norteamericanas, por ejemplo, de acuerdo con el informe del Comité Nacional Femenino del Partido Socialista de los EE.UU. ante al Congreso de Copenhague habían comenzado a celebrar todos los años, el último domingo de febrero, un día dedicado al sufragio femenino.(…) (…) Este acontecimiento, lo mismo que las numerosas acciones celebradas en marzo de cada año, es parte del tradicional espíritu del Día Internacional de la Mujer. A lo largo de todos estos años (…), las mujeres han luchado por sus propios derechos, ligándolos siempre a la lucha general de sus pueblos por el progreso social y la paz mundial. El Día Internacional de la Mujer ha sido de más en más una jornada de amistad y solidaridad entre todas las mujeres del mundo. Hoy son ya incontables los millones y millones de personas que anualmente participan en la forma más diversa en la celebración del 8 de Marzo. En los países socialistas esta fecha es un verdadero día de fiesta para las mujeres.(…) (…) Al mismo tiempo brillará con más claridad que nunca la imagen de Clara Zetkin, como exhortación y estímulo. (…) Luis Aragón le dedica en su novela Las Campanas de Basilea estas conmovedoras palabras: 'Habla. Habla pero no como una mujer aislada, como una mujer que ha adquirido conciencia ella misma de una gran verdad (...) Habla, por el contrario, como una mujer, para las demás mujeres, para expresar lo que piensan todas las mujeres de una clase. Habla como una mujer cuyo espíritu se ha forjado en la opresión, en medio de su clase oprimida. No es una excepción. Lo que ella dice tiene valor porque miles, millones de mujeres lo dicen junto con ella (...) 'Es la mujer de mañana o, más bien, digámoslo: es la mujer de hoy'.
*Revista MUJERES DEL MUNDO ENTERO (1974). Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), reproducido por Artemisa Noticias/

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