viernes, 14 de marzo de 2008




AMÉRICA LATINA Y EL PERÚ EN EBULLICIÓN

Oscar Felipe Ventura

Crece la resistencia de los pueblos a la política de intervención y guerra, al neoliberalismo, al saqueo de sus recursos naturales, al comercio desigual, a la contaminación del medio ambiente, y se abre paso como una tendencia inevitable la multipolarizació n mundial. El panorama mundial adquiere nuevos tonos que erosionan el poder hegemónico del imperialismo. Dispone del potencial bélico más sofisticado y, sin embargo, crece la ola de la lucha antiimperialista contra la globalización neoliberal, contra las políticas de intervención y guerra. Los pueblos aspiran a la paz, a la justicia, al desarrollo sostenible. Esta es la tendencia fundamental de nuestro tiempo. En este contexto global, en América Latina se hace presente la insurgencia de los pueblos. La opción neoliberal no tiene nada que lucir como demostración de éxito en América Latina. En lugar de la justicia social se instaló la inequidad y con ella la concentración de la riqueza y la desnacionalizació n de los resortes de la economía de la región. El Perú no es ajeno a esta realidad.
En este escenario encontramos la explicación del proceso seguido en la toma de conciencia de la población, de la que no escapa el Perú, que pasa de la expectativa al descontento, del descontento a la lucha, de ésta a la búsqueda de cambios explicitados de distintas formas, especialmente electorales, con la elección de gobiernos progresistas, antiimperialistas o de izquierda. Procesos como los de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua – con una clara orientación nacionalista y antiimperialista, donde la opción por el socialismo está colocada como uno de los ejes del debate, y que por eso mismo concentra los ataques, la obstrucción o incluso amenaza abierta de intervención por el imperialismo norteamericano – se explican por el enorme descontento de los pueblos frente al neoliberalismo, el entreguismo y la corrupción de los gobiernos que lo implementan. Demuestra también que las elecciones – antes coto cerrado de la derecha – puede ahora dar paso a gobiernos progresistas capaces de realizar cambios estructurales, pese a los obstáculos para impedirlos.
El Perú es parte de esta lucha continental. La singularidad del momento político peruano reside en la polarización que las elecciones generales pasadas mostraron como anticipo de lo que puede ocurrir; es decir, una posible victoria de una alternativa popular, nacionalista y progresista, si se está en capacidad de construir la unidad para el gran cambio. Unidad porque ella es condición de la victoria; cambio, porque ese es el objetivo y la exigencia de los pueblos. Ambos son inseparables. Estas son las razones que explican la furiosa ofensiva ideológica macartista del gobierno y la derecha reaccionaria contra las organizaciones de izquierda y del movimiento popular y su ojeriza al gobierno de Hugo Chávez. Aquí encontramos la causa de las acusaciones de terrorista y “chavista” a todo aquel que exprese su crítica al sistema político; también la ola represiva gubernamental que no cesará; todo ello dirigido a impedir la configuración de una alternativa popular. Estamos advertidos.

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