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.DEUDA SOCIAL DEL ESTADO, ALERTA FUNDACIÓN OBSERVATORIO DE LA MATERNIDAD: En Argentina viven 5.9 millones de madres de entre 14 y 49 años de edad, de las cuales más de 2 millones viven en las principales ciudades del país, de ellas el 28.6 por ciento es pobre, y el 9.1 por ciento, se encuentra en situación de extrema pobreza, es decir, es indigente, informa el Observatorio de la Maternidad. En la publicación número 26 de "Newsletter del Observatorio", divulgada el 4 de enero de éste año, se indica que la pobreza no es sólo una cuestión de carencia de ingresos, sino que implica no contar con las capacidades y libertades básicas para el desarrollo integral de las personas. Es decir, "la pobreza significa la privación de una vida larga, sana y creativa; del disfrute de un nivel decente de vida, de la libertad, la dignidad y el respeto por sí mismo y por los demás". Realidad que no escapa a la situación de las madres y afecta de manera significativa la vivencia de su maternidad; las madres pobres están condicionadas para contribuir al sano desarrollo y bienestar de sus hijas e hijos, ya que además de las privaciones materiales les transmitirán sus inseguridades y limitaciones, afirma el documento. La publicación editada por la Fundación Observatorio de la Maternidad, centro de estudios sin fines de lucro, cuya misión es promover el valor social de la maternidad, precisa que para las madres argentinas esta situación no es novedosa ya que el deterioro social, y los altos niveles de pobreza e indigencia constituyen problemáticas sociales cuyos orígenes se remontan a por lo menos 30 años atrás. "La pobreza y la indigencia se han incrementado de manera constante en las últimas dos décadas, lo cual provocó que ambos fenómenos hoy se consideren estructurales, ya que afectan a proporciones importantes de la población del país". En el artículo de Carina Lupica y Gisell Cogliandro, se indica que a partir de la década de los 80 la proporción de población en situación de pobreza se expande, comienza a hacerse visible, y se instala como una cuestión social notoria en la agenda pública. "En la década de los 70, la pobreza afectaba al 4 por ciento del total de la población de Buenos aires, mientras que a fines de los 80 había aumentado ocho veces hasta alcanzar al 32 por ciento de la población en 1988". Así, el sostenido agravamiento de las condiciones sociales, acentuado por las crisis económicas y sociales, contribuyó a configurar la realidad social actual en la cual prácticamente 3 de cada 10 madres viven en la pobreza, e incluso, una de ellas lo hace en la indigencia, enfatiza el documento. LAS MADRES MÁS PROPENSAS A SUFRIR POBREZA "Las mujeres que son madres en Argentina se encuentran en una condición social de mayor vulnerabilidad, con respecto a las mujeres que están en la misma situación --tienen entre 14 y 49 años de edad --y son jefas de hogar o cónyuges pero no tienen hijas o hijos. A lo largo del período 1988-2006, indica "Newsletter del Observatorio", las madres tuvieron en promedio casi cuatro veces más riesgo de padecer pobreza, que las mujeres sin hijas e hijos, y aproximadamente tres veces más de vivir en la indigencia. Así para el periodo 2003-2006, en promedio el 39.9 por ciento de las madres eran pobres, mientras que el porcentaje de mujeres pobres sin hijos era sólo de 8.6; de igual manera de las mujeres que vivían en indigencia el 14.8 por ciento era madre y sólo el 3.6 por ciento no tenía hijas ni hijos. El Observatorio, agrega que en la actualidad, y pese a la recuperación económica sucedida a partir de 2003, casi un 30 por ciento de las madres vive con ingresos inferiores al valor de la línea de pobreza, e incluso el 9.1 por ciento no cuenta con ingresos familiares necesarios para alimentarse correctamente. Además de vulnerar el derecho básico a la alimentación y a una vida sana de una proporción grande de mujeres, esta es la realidad en la que crecen y se desarrollan las nuevas generaciones en Argentina, enfatiza. Y agrega que esta situación tiene consecuencias negativas para estas mujeres y para sus hijas e hijos, toda vez que las madres pobres están condicionadas para contribuir al sano desarrollo y bienestar de sus niñas y niños y en su condición les transmiten sus privaciones materiales, sus limitaciones e inseguridades. La transmisión intergeneracional de la pobreza comienza en el hogar. Las y los hijos de madres y padres pobres tienen una alta probabilidad de ser pobres, y las y los niños que crecen en hogares pobres, incluyendo los hogares encabezados por mujeres, crecerán y replicarán estas condiciones. "En la medida en que una niña o niño vive más tiempo en condiciones de pobreza, más intensos son los efectos que produce en su vida, mayor la situación de vulnerabilidad social y mayor la probabilidad de reproducirla". El Observatorio advierte que esta situación entraña un reto considerable para las políticas públicas del Bicentenario en pos de reforzar la atención de este grupo de madres que se encuentran en alto riesgo de vulnerabilidad, es decir las madres en situación de indigencia. Ya que la desprotección de estas madres es heredada por sus hijas e hijos, quienes sin ayuda o intervención externa tienen altas probabilidades de reproducir esas situaciones de pobreza y precariedad social, por lo que el Observatorio considera urgente propiciar mejoras en las condiciones de vida de esas madres y sus familias, ya que constituyen una deuda social pendiente que el Estado y la sociedad tienen la obligación de pagar.
Enviado por http://blog.unijimpe.net
viernes, 8 de enero de 2010
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