CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
        Construcción y forja de la  utopía andina
         
        2013 AÑO
        EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
          Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
         
        MARZO, MES  DEL AGUA, DE LA MUJER
        LA POESÍA, EL  TEATRO Y EL NACIMIENTO
        DEL POETA  UNIVERSAL CÉSAR VALLEJO
         
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        PRÓXIMAS ACTIVIDADES
        DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU  TIERRA
         
        AULA CAPULÍ
        SÁBADO 9 DE MARZO, 7 PM.
        EN LA CASA DE LA LITERATURA
         
        PRESENCIA DE:
         
        CHACO GIL
         
        VASTO Y PROLÍFICO
        ESCRITOR DE SANTIAGO
        DE CHUCO, DE VISITA EN LIMA
         
        PROGRAMA
         
        1. SALUDO, PRESENTACIÓN Y BIENVENIDA
        DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
          PRESIDENTE DE CAPULÍ,  VALLEJO Y SU TIERRA
         
        2. SEMBLANZA DE CHACO GIL
         
        3. TESTIMONIO DE VIDA Y DE  MIS
        VARIOS LIBROS PUBLICADOS
        CHACO GIL
         
        4. DISTINCIÓN
        MILICIANO DEL ALBA
        A CHACO GIL
         
        5. DECLAMACIÓN DE POEMAS
        EN EL MONUMENTO A TAURI  CHUSCO
        EN EL PASAJE SANTA ROSA
         
        6. ÁGAPE
         
         
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        CONMEMORACIÓN
        DEL 121 ANIVERSARIO
        DEL NACIMIENTO DEL POETA
        CÉSAR VALLEJO
        SANTIAGO DE CHUCO
        16 DE MARZO, 1892
         
        PROGRAMA
        SÁBADO 16 DE  MARZO DE 2013
         
        FINCA  BIOAGRICULTURA, CASA BLANCA-PACHACAMAC
        UBICADA EN EL  VALLE DE LURÍN Y CONDUCIDA
        POR LOS  DOCTORES ULISES MORENO Y CARMEN FELIPE-
        MORALES,  INGENIEROS AGRÓNOMOS DE LA UNIVERSIDAD
        NACIONAL  AGRARIA, LA MOLINA, CONVERTIDA EN CENTRO
        DE  PRODUCCIÓN, INVESTIGACIÓN Y CAPACITACIÓN EN
        AGRICULTURA  ECOLÓGICA Y AGROECOTURISMO.
         
        8:00 AM.  CONCENTRACIÓN DE LOS PARTICIPANTES
        (CRUCE DE LA  AV. JAVIER PRADO ESTE 2726 CON AV. SAN
        LUIS – CENTRO  DE IDIOMAS BRITÁNICO, SAN BORJA).
         
        9:00 AM.  BIENVENIDA A LA DELEGACIÓN DE CAPULÍ,
        VALLEJO Y SU  TIERRA, DE PARTE DE LOS DOCTORES
        ULISES MORENO  Y CARMEN FELIPE-MORALES.
         
        9:40 AM.  VISITA GUIADA A LAS INSTALACIONES
        DE LA FINCA.
         
        11:00 AM.  SESIÓN SOLEMNE DE CAPULÍ,
        VALLEJO Y SU  TIERRA
         
        12.30 PM.  MOMENTO POÉTICO - MUSICAL.
         
        1.00 PM.  ALMUERZO DE CAMARADERÍA.
         
        RECOMENDACIONES:
        LLEVAR SOMBRERO.  USAR BLOQUEADOR
         
        COORDINACIÓN  GENERAL DE ESTA ACTIVIDAD
        PROF.  FLORENCIA ROLDÁN. TELÉFONO: 348-2362
         
         
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        PRESENTACIÓN
        DEL LIBRO
         
        FLOR DEL CAPULÍ
         
        DE
        DANILO  SÁNCHEZ LIHÓN
         
        PANEL DE PRESENTACIÓN:
         
        CARLOS  CASTILLO MENDOZA
        RAMÓN NORIEGA  TORERO
        JULIO YOVERA  BALLONA
         
        VIERNES 15 DE MARZO
        DE 5.30 A 7.15 PM.
         
        CASA DE LA LITERATURA
        ESTACIÓN DESAMPARADOS
        CONTIGUA AL PALACIO DE GOBIERNO
        PLAZA MAYOR DE LIMA
         
        7.30 pm. SERENATA POÉTICA
        HOMENAJE A CÉSAR VALLEJO
        MONUMENTO A CÉSAR VALLEJO
        POR EL DÍA DE SU NACIMIENTO
         
        JR. HUANCAVELICA 3° CUADRA
        FRENTE AL TEATRO SEGURA
         
        CHOCOLATE Y TAJADAS
        DE SANTIAGO DE CHUCO
         
         
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        LUNES 15 DE ABRIL, 7 PM.,  2013
        TRÁNSITO A LA INMORTALIDAD
        DEL POETA CÉSAR VALLEJO
         
        PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
         
        EL EVANGELIO
        VALLEJO
         
        DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
         
        EN COORDINACIÓN
        CON EL VICERRECTORADO
        DE INVESTIGACIÓN DE LA  UNMSM
         
        SALÓN DE EXPOSICIONES
        CASONA O CENTRO CULTURAL
        DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
        NACIONAL MAYOR DE SAN  MARCOS
        PARQUE UNIVERSITARIO
        CERCADO DE LIMA, PERÚ
         
         
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        XIV CAPULÍ,  VALLEJO Y SU TIERRA
        TELÚRICA DE  MAYO, 2013
        POR LOS  CAMINOS DE VALLEJO
        LIMA,  TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
         
        14 Y 15 DE  MAYO EN LIMA
        16 DE MAYO EN  TRUJILLO
         
        17,18 Y 19 DE  MAYO
        EN SANTIAGO  DE CHUCO
         
        LIMA:
        UNIVERSIDAD  NACIONAL
        MAYOR DE SAN  MARCOS
         
        TRUJILLO:
        UNIVERSIDAD  NACIONAL DE TRUJILLO
        E INSTITUTO  DE ESTUDIOS VALLEJIANOS
         
        SANTIAGO DE CHUCO:
        CASA DE CÉSAR  VALLEJO,
        ESCUELA 271  DONDE ESTUDIÓ
        EL POETA Y  PLAZA DE ARMAS
        DE SANTIAGO  DE CHUCO
         
        PRESENTACIÓN  MUNDIAL DE LA TRILOGÍA
        MIL POEMAS A  NERUDA, VALLEJO Y HERNÁNDEZ
        EN LIMA,  TRUJILLO Y SANTIAGO DE CHUCO
         
        PÁGINA WEB:
                   
         
        Teléfonos Capulí:
        420-3343 y 420-3860
        99773-9575
         
                             
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        8 DE MARZO
         
        DÍA
        DE LA
        MUJER
         
        FOLIOS
        DE LA
        UTOPÍA
         
         
        MICAELA
        SE LLAMARÁN
        LAS NIEVES
        ETERNAS
         
        Danilo Sánchez Lihón
         
         
        Ya no tengo paciencia
        para aguantar todo esto
        Micaela Bastidas
         
         
        1. Sus ojos
        en los ojos  de ella
         
        – ¡Ayyyyyyy! –Fue el grito desgarrador, como si le arrancaran las  entrañas. Alarido que estremeció a las diez mil almas reunidas en la plaza  Huakaipata del Cuzco y alrededores.
        Fue un grito de animal cercenado que estremeció ámbito enlutado y sus  confines. Un grito que laceró la tierra. Eran las 10.15 de la mañana del 18 de  mayo de 1781, seis meses después que se iniciara la gesta tupamarista en  noviembre de 1780 y que conmocionó al imperio español más poderoso del planeta  tierra.
        Hasta ese entonces ninguna queja, ninguna súplica, ninguna lágrima que  les ofreciese un triunfo a sus captores en aquella mujer, salvo la mirada  perdida y dominada por una tristeza infinita cuando escuchó su sentencia:
        "...pena ordinaria de muerte, con algunas calidades y circunstancias que  causen terror y espanto al público". 
        Reza el texto literal del edicto, y así ella lo oyó cuando se lo  leyeron.
        Soportó estoicamente cuando a Hipólito Tupac Amaru Bastidas, su hijo  mayor, le cortaron la lengua y saltó el borbotón de sangre manchando la camisa  celeste que llevaba puesta. Era su primogénito, de 20 años, que no dejó de  mirarla tiernamente desde que subió a la tarima en la cual lo estaban  ejecutando y dejó posados sus ojos en los ojos de ella, como el último refugio  hasta el momento final de su vida. 
         
        2.  Una masa
        hierática
         
        Pero cuando subido al patíbulo le anudaron la soga al cuello y  súbitamente templaron hacia arriba, estremeciéndose en al aire su cuerpo, con  las manos atadas hacia la espalda, solo allí se escuchó aquel grito desgarrador  que conmovió hasta a las piedras, los muros, los torreones y montañas del  Cuzco. Y el sol pareció oscurecerse.
        Solo a partir de entonces lo que era un circo, una feria y un carnaval  de horror y de infamia, se tornó en un   silencio sepulcral, en las diez mil bocas que contemplaban los suplicios  que se estaban infligiendo a la familia y colaboradores de la gesta que  encabezaran Tupac Amaru II, sublevación que contó con la colaboración de su  esposa, capitana del ejército de retaguardia, la bella mestiza Micaela Bastidas.
        Desde el amanecer se habían ejecutado a los grandes capitanes del  movimiento insurreccional. Y antes del martirio del linaje del cacique de  Surinama y Tungasuca se dio muerte a José Berdejo, Andrés Castelú, Antonio  Oblitas y Antonio Bastidas. 
        Luego a Francisco Tupac Amaru y a Tomasa Titu Contemayta.
          El público colmado en la plaza, exclamaba gritos de furor y palabras  soeces, apoyando el ajusticiamiento de cada uno de los reos. En cambio, hacia  los cerros una masa hierática de indios permanecía silenciosa e inescrutable.
         
        3.  Los sayones
        vinieron  a llevarla
         
        – ¡Escarmienten perros! ¡Indios criminales! ¡Delincuentes! ¡Asesinos! 
          – ¡Y tú, india desgraciada! ¡Salvaje! ¡Homicida! ¡Muere! –Gritaba la  turba enardecida, ante cada muerte.
        Había sido demoledor el terror que habían sentido meses, semanas y días  antes, ante el asedio e inminencia de la captura del Cuzco por parte de los  rebeldes. 
        Por eso ahora los que habían sentido que peligraban sus posesiones, sus  canonjías y hasta sus vidas, se desahogaban, escarneciendo a los vencidos.
        El grito de Micaela, inconsciente y desvalido, traicionándola a ella  misma, emergió desde sus entrañas de madre. Y recién el llanto se le agolpó en  sus ojos y bañó sus mejillas al ver a su hijo colgado y bamboleante en la  cuerda.
        Mirándolo lloraba como una niña indefensa, sola en el universo, como  está siempre una madre con el hijo que pare y ha albergado en sus entrañas.
        Ningún momento antes se quebró, ni suplicó, ni imploró, ni depuso su  actitud digna y señera ante las autoridades españolas y criollas que la  patearon y escupieron.
        Después de ejecutado Hipólito ella sería la inmolada. Los sayones  vinieron a llevarla, le amarraron una soga al cuello y la arrastraron por el  suelo de la plaza.
         
        4.  Ser
        mujer
         
        Micaela Bastidas la esposa de Tupac Amaru II, era cabeza indiscutible de  la rebelión más devastadora del siglo XVIII en contra del poder más implacable  y omnímodo del continente americano y del planeta Tierra.
        Ella acompaña decidida y cabal esta sublevación por dos razones  sencillas y fundamentales. La primera: porque le duele en el alma y en todo su  ser el dolor y el oprobio con que se persigue, se abusa, se explota y mata a la  gente.
        Y dos, lo hace por una razón mucho más conmovedora y admirable todavía,  cual es: porque ama y cree en su marido, a quien invoca en todas sus proclamas  y en todas sus cartas. No solo en las que le dirige a él sino a los otros y  estando lejos, que es como tenerlo a él cerca, inherente e íntimamente formando  parte de sí misma.
        Y siendo así su lucha, su himno y su canto son desde la inmensa y  hermosa condición de lo que es ser mujer. Porque tiene esa sabiduría de lo que  es lo femenino. Y esta es una omnisciencia que, en quien la tiene, no caben  equívocos.
        De allí que no se ha retractado nunca de su participación en esta  rebelión que ha tenido una grandeza y dramaticidad totales, porque es una  rebelión biológica. 
        Es la culminación de un largo proceso de rebeliones frecuentes y  continuas. 
         
        5.  Y en el mismo
        cadalso
         
        Negarlo hubiera sido negar a su familia. Más que ideología en esta lucha  hubo familia, vecindad, sentido humano de naturaleza herida. De allí que han  luchado los hijos, los hermanos, los primos, los cuñados. Y el gran contingente  de ofendidos que han sido millares.
        Ella ha acompañado a Juan Gabriel Condorcanqui en toda su gesta, en la  cual ha sido su confidente, el muro de sus lamentos y en donde él se sostiene y  reclina su frente. Es su paño de lágrimas al ver tanta injusticia e iniquidad  para su raza y su pueblo. 
        
        Ella en todas estas confidencias no lo desanima, no le dice: ocúpate de  algo útil y conveniente. No le dice: sé realista. O, seamos prácticos, tenemos  una posición que mejorar, o forjemos riqueza. No lo convence diciéndole: en la  medida que somos ricos otros lo serán. No le insiste: hagamos nuestra propia  fortuna y dediquémonos a nuestros hijos. 
        No. Supo entender algo más hondo, inherente a lo que es dignidad de  especie, a heredad social y sentido histórico, que no fuese apoyar a su marido  en la insurrección. 
        Por eso, de sus manos después han salido las órdenes, los permisos para  franquear caminos, para asignar responsabilidades, para comprometer  contingentes en la lucha.
        De sus labios han salido arengas, proclamas y contraseñas. Ha sido su  promesa, su juramento y su consigna: "Morir donde muera mi marido".
        ¿No es glorioso? Y así se ha cumplido. Porque ella ha muerto a su lado.  Y en el mismo cadalso.
         
        6.  Mujer lluvia,
        humus,  fogón
         
        Nació en Tamburco, distrito de la provincia de Abancay, a cuatro  kilómetros al norte de esta capital andina, el año 1745.
        Era muchacha de una belleza sin par, rara e insólita. Hija de padre de  ascendencia africana y de madre mestiza. 
        Por eso, su porte es esbelto. Y tiene la tez clara, del color del pan;  aunque le dicen "zamba".
        Dicho apelativo es porque además de alta y delgada, su cuello es largo y  empinado, que en la serranía es poco frecuente tener aquel cuello de garza, de  parihuana o de vicuña, como ella lo tiene. 
        Fue mujer notable por su hermosura. "Bellísima", ha dicho de él un  contemporáneo que la conoce. Pero, a la vez, su actitud es tenaz, aunque  tierna, fiel y trabajadora. Mujer lluvia, humus, fogón.
        Casada en Surinama, el 25 de mayo del año 1760, a la edad de 15 años. 
          Ha aprendido a leer y a escribir, enseñada por José Gabriel, su esposo,  hecho que en este tiempo está prohibido que pudiera practicarlo una mujer. 
        Sus hijos son Hipólito, nacido en 1761. Mariano, en 1762 y Fernando en  1768.
         
        7.  Es la madre
        amorosa
         
        Su esposo, José Gabriel Tupac Amaru es arriero, dueño de piaras de  mulas. Indio, en cuanto a fisonomía, alma y temperamento. Pero instruido,  culto, que estudia y lee mucho. 
        Él la ha formado pacientemente y compartido con ella todas sus  inquietudes, ideas y esperanzas. 
        Ambos se han sublevado por indignación ante tanto oprobio y atrocidad,  levantándose en armas por impaciencia sacrosanta; por el dolor, el abuso, el  sufrimiento y la muerte que se blande sobre la gente. 
        Se han sublevado con ellos la gente más castigada, miserable y  empobrecida de la Tierra. Y esa es la desmesura sobrehumana de este  levantamiento.
        Capitaneado por una pareja de esposos con un sentimiento muy hondo y muy  claro con respecto a su pertenencia a su lar de origen y a su cultura.
        Quienes conversan mucho, alientan sueños para sus hijos y albergan  desvelos para con su pueblo. 
        Ella es la esposa dulce y abnegada que sabe oír y comprender. Es la  madre amorosa que cuida, protege y se desvela por sus hijos. 
         
        8.  Pelea
        con  las entrañas
         
        Él le ha confesado cuánto le hiere el dolor y el padecimiento de su  gente. Ella lo escucha, razona junto a él y está de acuerdo en reclamar  primero, gestionar después y, poco a poco, la única alternativa ha sido  decidirse por la lucha ante la ignominia. 
        
        Han tomado preso al reincidente Antonio de Arriaga, abusivo excomulgado  por el Obispo Moscoso por sus cruentos delitos y que ha seguido ostentando un  omnímodo poder. A él lo han ejecutado en la Plaza de Tungasuca, en reacción a  la explotación inhumana que causaba dolor, expiación y muerte.
        Micaela siempre le ha dado a él la prerrogativa de las decisiones,  amándolo con amor gentil, reverente y consumado.
        Él le ha encomendado en la lucha la difícil tarea de organizar la  retaguardia del ejército, conseguir y administrar la economía, tender la red de  las comunicaciones, proveer de los abastecimientos, controlar el movimiento de  las armas, urdir y mantener la malla fina del espionaje.
        En todas sus apelaciones siempre lo hace invocando el nombre de "su  marido". Y qué bien y qué hondo suena en sus labios ese epíteto. O cuando  escribe con su propia mano esta frase: "Hijo Peche". A él lo llama su hijo. Y  en las despedidas pone: "Tu Mica". Combate pues bajo una égida: como mujer,  pelea con las entrañas, como esposa y compañera.
        En sus cartas ya en plena campaña guerrera ella lo llama: "Chepe mío",  "Cariño", "Hijo pepe", "Hijo de mi mayor aprecio". Y en sus despedidas: "Es tu  Mica", "Tu Micaco", "De Vuesa Merced, su amante compañera", "De Vuesa Merced su  amantísima esposa".
         
        9.  Mira más al centro
        y  al fondo
         
        En esta vorágine, en esta crueldad y horrores de la guerra, en este  pavor de los sables, los incendios y las batallas, jamás se apaga su ternura ni  su infinito cariño, pese a que él con sus acciones hace que todo peligre.
        Sin embargo, al final esta relación tiene todos los visos de haber sido  no solo apasionada sino también irremisible. Eso ahora lo sabemos, no solo por  el contenido de las cartas en donde a veces le dice palabras de reproche y  desengaño, sino por una carta de lacerante despedida, donde ella le dice como  cualquier mujer a alguien que lo defrauda: ¡adiós!
        Todas las evidencias apuntan a que el motivo de tal desavenencia, y esto  se deduce por el contexto en que lo expresa, es que él no cumple con lo que  ella lo ha hecho jurar, cual es capturar el Cuzco. Y esto antes de que fuera  reforzado por un ejército de 16 mil soldados que marchan desde Lima.
         "Chepe mío: tú me has de acabar  de pesadumbres, pues andas muy despacio paseándote en los pueblos..."
        Y con advertencias y consejos así se forja y se hace a un hombre. Y ella  lo ha hecho. Aquí se muestra cómo lo ama y lo modela. Con halago le dice:  "Chepe mío". Y luego: "Me has de acabar de pesadumbres", ¡captura el Cuzco!  Porque ella mira más al centro y al fondo de los hechos y las cosas. 
         
        10.  Te digo
        adiós
         
        Él tiene heridas. Ella el bálsamo, además de la luz y calidez para ver  más claro y más lejos. Y eso es saber forjar hombres. 
        Ella ve la meta final. A conquistar eso lo lanza, lo alienta y arriesga  ella misma la vida. ¡Capturar el Cuzco!, es la consigna.
        Por eso, ha de quedar como bandera en toda lucha esa proclama: ¡Capturar  el Cuzco! O posesionarse de la ciudad sagrada de los Incas.
        "Tú me ofreciste cumplir tu palabra, pero desde ahora no he de dar crédito  a tus ofrecimientos, pues me has faltado..."
         "Yo ya no tengo paciencia para  aguantar todo esto, pues yo misma soy capaz de entregarme a los enemigos para  que me quiten la vida..."
        En otra carta le advierte:
        "...y puedas despachar otro propio para Pachachaca a cortar el puente  cuanto más antes... y si no lo puedes hacer avísame para que yo lo haga sin  demora, ¡porque en esto está el peligro!"
        Y en otra:
        "Ya que te has hallado en esos lugares, caminaremos el día citado a  entregarnos y morir sin remedio por lo que te digo adiós..."
         
        11.  Documento
        oficial
         
        A Micaela Bastidas no sólo se la condenó a muerte, sino que además se  elaboró un mandato que incluye una pauta minuciosa de cómo tenía que ser subida  al tabladillo y ajusticiada, figurando el siguiente documento oficial en el  Archivo General de Indias, con el Título Cuzco, Legajo 32, por momentos  incomprensible por el nerviosismo de las autoridades que lo redactaron:
        "(...) que sea sacada de este cuartel donde se halla presa arrastrada,  con una soga de esparto al cuello, atados pies y manos, con voz de pregonero  que publique su delito, siendo llevada en esta forma al lugar del suplicio  donde se halla un tabladillo en que por su sexo de lugar a la decencia de la  sentencia, y ajustará el garrote, cortándosela allí la lengua, e inmediatamente  se hará morir con el instrumento, lo que verificado se la colgará en la horca,  sin que de allí la quite hasta que se mande persona alguna. Y luego será  descuartizado su cuerpo llevando la cabeza al cerro de Piccho que será fijada  en una picota con una hoja en la que se lea su delito; un brazo a Tungasuca,  otro a Arequipa y una de las piernas a Carabaya conduciéndose lo restante del  cuerpo al mismo cerro de Piccho donde será quemado con el de su marido en el brasero".
         
        12.  Esposo,
        amante  y cómplice
         
        Ahora son las 10.15 de la mañana y ella sube, paso a paso, al patíbulo,  una tarima pintada de color verde, de 4 por 4 metros, alzada frente al atrio de  la iglesia catedral del Cuzco. Viste blusa blanca muy sencilla y una falda  negra y larga. 
        Ha subido ya al estrado y quieren abrirle la boca para cortarle la  lengua y aún atada se deja, apretando los dientes y retorciéndose. Y no pueden  separarle las mandíbulas, por más forcejeos que hacen los verdugos. 
        Le dan golpes de puño en la cara que sangra. Sigue doblándose sin poder  introducirle el cuchillo. Finalmente desisten de cortarla, procediendo a  recostarla al garrote y violentamente los esbirros dan vueltas a la palanca la  misma que empieza a torcer el dogal. Ajustan lo más que pueden, pero ella sigue  viva y respirando. Su cuello es muy fino y delgado y el mecanismo del aparejo  no logra asfixiarla.
        Cogen entonces una cuerda entre varios y de ambos lados jalan y aprietan  un buen rato, mientras otros verdugos con las culatas de sus fusiles la golpean  la cara, los seños, el vientre y el sexo, hasta dejarla exánime arrojando su  cuerpo yerto de la tarima al suelo. 
        Por la tarde sería cortada la cabeza, descuartizada y sus miembros  repartidos por diversos confines. Y otros quemados en una pira en el cerro  Piccho, junto con los restos de su jefe, esposo, amante y cómplice.
         
        13.  Jinetes
        y  palafrenes
         
        Y después le llegaría el holocausto a su copartícipe y cónyuge, el  cacique José Gabriel Tupac Amaru.
        La macabra y espeluznante manera de cómo debe cumplirse la condena para  él ha sido diseñada especialmente por el Visitador General José Antonio de  Areche, quien ahora observa desde un balcón de la plaza el linchamiento. Él ha  dibujado con minucia, trazado en planos y figuras, y ha dejado solazarse sus  bajos instintos acerca de cómo debe ser la ejecución.
        Nunca antes en la historia humana hay un antecedente que se parezca a  este bestial y monstruoso espectáculo.
        Sus miembros serán arrancados por cuatro caballos que tirarán hacia las  cuatro esquinas de la plaza, briosos y espoleados.
        Jinetes y palafrenes irán arrastrando los pedazos cercenados por las  calles.
        Atravesarán las esquinas con el sonido bronco de la carne humana  rebotando en las piedras.
        Y, sobre todo, dejando el rastro sanguinolento en todo adoquín que  toquen, para que toda la gente después registre esas huellas en sus sueños,  pesadillas, conciencia y subconsciencia, sea en su calma o su delirio.
         
        14.  Obligándole
        a  mirar
         
        Subirán las colinas arrastrando los miembros extirpados, para luego ser  quemados en una pira. Y la cabeza del caudillo puesta en una picota.
        En estos momentos a él sí logran cortarle la lengua.
        Ahora, amarrado como está de pies y manos se tienden riendas sujetas a  las monturas de los caballos. 
        Y se lo jalona y su cuerpo flota y vibra en el aire, pero no pueden  arrancarlo. 
        Tiran una y otra vez en que se tiempla, subiendo y vibrando en el aire  su cuerpo por sobre los techos y cayendo a tierra con golpes secos. 
        Mientras lo hacen la gente aúlla, grita, chilla, vocifera, entra en  paroxismo. 
        Se alza un sordo rumor de los indios en los contornos. Aún está vivo en  el suelo. Y alza la mano, dirigida a su gente apostada en los cerros ordenando  a sus huestes que se calmen. Reconocen que no pueden arrancarlo a pedazos. 
        Desisten. Entonces le cortan la cabeza y los miembros con un hacha. Y  por la tarde sus miembros son divididos y enviados a las colinas hasta donde  iban a ser arrastrados por los caballos.
        A su hijo Fernando, de 12 años que ha querido agachar la frente y  esconder la mirada para no ver morir primero a su hermano, después a su madre y  luego, de esta forma, a su padre, los soldados españoles le alzan la cabeza  tirándole de los pelos para que vea y le dan de culatazos en el cuerpo  obligándole a mirar.
         
        14.  Que nadie
        ose  jamás
         
        Y surgen las preguntas: ¿por qué los matan así? ¿Por qué tanta saña,  atrocidad y vileza? Hay razones ineludibles que lo explican. Y una es: ¡porque  es mucha la riqueza que explotan y que se llevan de este reino!
        ¡Porque son muchos los privilegios, placeres, posiciones, gangas y ventajas;  situación que para ellos no debe peligrar nunca! 
        Porque son muchas las delicias, los halagos, la soberbia de los  españoles. 
        Y no quieren que de ello se les despoje jamás. 
        Porque es mucha la fastuosidad. Y unos miserables no van a venir a  querer arrebatárselas ni hacer peligrar esas ventajas. 
        Y les enfurece otro hecho peor: saben íntimamente que esos indígenas  tienen razón. Que ellos son los legítimos dueños de estas posesiones. Y eso les  duele mucho más en su conciencia. 
        Estas son tierras de ellos, que los han arrebatado con perfidia,  negándoles incluso su condición de seres humanos, de lo cual han hecho,  incluso, doctrina de fe.
        La desmedida crueldad y el ensañamiento son lógicos: quienes escarmentar  para que nadie ose jamás volver a pensar siquiera en ello. Ahogando así todo  grito de rebelión. 
         
        16.  A la altura
        de  su codicia
         
        Porque, ¿dónde se ha visto que el público presencie el descuartizamiento  por caballos desbocados? ¿En qué lugar de la Tierra y en qué tiempo, jamás fue  concebible?
        Lo revela además la pena que se sentencia, que abarca no sólo a los  vivos sino a los que nacieran. Dice literalmente:
        "que se extinga toda su descendencia, hasta el cuarto grado" 
          Perdieron toda cordura estas bestias enmascaradas de nobleza y señorío.  Es decir los que nacieran serían victimados. 
        Este es un derecho y una justicia que sentencia a los que aún no han  nacido. 
        ¿Qué los hacía tan delirantes? La riqueza, las prebendas, la  concupiscencia.
        Este suplicio fue a la altura de su codicia. El Perú valía mucho en oro,  en tierras, y en judicaturas. 
        Y castigaron ferozmente este movimiento porque venía a cuestionar toda  esa riqueza en base a la muerte de los indígenas.
         
        17.  Amor sublime
        e  infinito
         
        Para dejar constancia de que nadie cuestionara estos hechos de  quitarles su botín, su medio no de vida sino  de ser viciosos y holgazanes, el suplicio estuvo a la medida del miedo y el  susto que pasaron.
        Estuvo a la estatura de las imágenes que sus reflejos había ya  elucubrado de lo que les iba a suceder, porque en su subconciencia ellos mismos  ya se habían condenado a los suplicios más horrendos.
        Lograron entrever ¡qué les sucedería en relación a sus comodidades y  beneplácitos!, pero más en relación a las sanciones morales que merecían ellos  mismos. 
        Ya tenían configurados esos castigos, por la infamia en la cual estaban  sumidos, si triunfaba la revolución.
        Sin embargo, dentro del horror queda algo por rescatar. En esta gesta  surge algo excelso para nuestras vidas. 
        ¿Y, qué es ello? Es el cariño de Micaela y el de José Gabriel, como un  amor sublime e infinito. 
        Juntos tejieron uno de los grandes amores de la historia humana. 
          ¿Cómo? ¿Estos indios? ¿Estos salvajes? ¡No puede ser posible! Sí. Por  las siguientes razones:
         
        18.  Amor
        cristalino
         
        Porque ellos dos creen, sienten y piensan juntos, abrazando el mismo  propósito.
        Porque son ambos, fusionados, que se iluminan en función de ideales y de  principios supremos. 
        Porque es un amor hecho de coraje y valor totales. Que saben del horror  al cual se enfrentan y lo asumen.
        Porque es amor de empresa común, de proyecto mutuo y de intención  coligada, que en este caso es instaurar la justicia social, paliando los  sufrimientos de la gente, para después gestar la libertad de un continente.
        Es entrega total, absoluta, sin cálculo, medida ni disculpas. 
          Si es posible hasta morir en el intento, tal y como realmente después  ocurriera.
        Porque estuvieron unidos en la vida y en la muerte. Guerrearon uno al  lado del otro. 
        Porque tuvieron inteligencia y valor para apoyarse.
        Porque ella, sutilmente femenina, supo a él darle la jefatura de todo y  el poder para tomar las decisiones trascendentales. 
        Porque en el fondo de todo esto perdura el amor cristalino, profundo,  absoluto hacia los otros seres humanos.
         
        19.  Asumió
        ese  destino
         
        Es por eso un amor sublime de la historia humana:
        Porque fue un amor sin regateos, ni menudencias ni menoscabos. No en  función de las cosas, ni en función de los intereses mezquinos.
        Porque tomaron una decisión y la cumplieron, cual fue echarse a los  hombros los problemas que padecía la humanidad doliente.
        Porque largas temporadas él se ausentaba por su oficio de arriero y ella  paciente y amorosamente lo esperaba anhelante. 
        Porque la separación física fue constante, pero la unión espiritual fue  igualmente intensa.
        Porque se confiaron mutuamente secretos. Y, si cabe denominarlo así:  secretos de Estado, porque cada carta que se intercambiaron sería botín para  los servicios secretos enemigos, porque eran decisivas enfrentándose al imperio  más poderoso de la Tierra.
        Porque era imposible que en esa época una mujer pudiera alzarse en  armas. Y él la preparó para ese cometido. Y ella asumió ese destino con arrojo  y valentía.
        Porque no lo abandonó, aduciendo que el sentido de ella era cuidar a los  hijos y de él hacer solo e independiente su campaña, como ocurrió en casi todos  los casos de los movimientos insurreccionales del planeta.
         
        20.  ¡Qué honor
        más  grande!
         
        Porque los derechos cívicos de la mujer no es pelear contra el hombre  sino junto a él contra la estructura social injusta y aberrante. 
        Porque la competencia entre hombre y mujer es pérfida, cuando el enemigo  es el sistema.
        Porque se amaron de a verdad. Y, consiguientemente con ello, al bien, a  la belleza y a la virtud. Y se consagraron a cultivarlos.
        Porque ella creía en él. Porque era noble, sincero y augusto. Y jamás  quebrantó esa majestad.
        Porque estuvo a su lado y sucumbió con él.
        Porque en algún lugar del cosmos se han reencontrado. 
        Porque queriendo castigarlos el enemigo los unió al final de sus vidas y  en sus muertes aparentes, porque están más vivos que nunca. 
        Porque al quemar juntos en una misma pira sus miembros cercenados, los  juntaron y los hicieron fuego eterno, que salva, redime y purifica. 
        ¡Qué honor más grande les hicieron sin darse cuenta!
         
        Epílogo
         
        Se unieron en cenizas. ¡Allí sus bocas confidentes, sus palabras  secretas están dándonos consignas!
        Porque cuando construyamos el Perú del futuro, digno y hermoso, Micaela  será la flor que se siembre en todas las plazas de nuestro país enaltecido. 
        Y con la misma crueldad con que los golpearon hemos de defender ahora  culturalmente a quienes sufrieron.
        Y Micaela será la flor del color más fulgurante, pleno y valeroso.  ¡Váyanla escogiendo, niños y jóvenes!
        Daremos el nombre de Micaela a las nieves perpetuas de los andes, a las  cascadas, a los arroyos, a los valles profundos hermoseados con el vuelo de las  torcazas.
        Micaela se llamará el mejor maíz, la mejor papa, la mejor quinua. Y la  fruta más dulce.
        La mejor trinchera en el combate se llamará Micaela.
        ¡Jóvenes mujeres y hombres de mi pueblo! ¡Son herederas de Micaela  Bastidas! 
        Siendo así ¡siéntanse gigantescas, poderosas e invencibles montañas! 
           
         
         
        Texto que puede ser reproducido
          citando autor y fuente
           
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